martes, 16 de marzo de 2010

 

El terremoto y el Cobre.





¡Cuídate, la riqueza de Chile eres tú!, dice una engañosa publicidad
del Consejo Minero, para que nos olvidemos que la riqueza de Chile es
el cobre, y así ellos se puedan llevar esta espectacular riqueza en la
indiferencia de los chilenos. Pero ahora con la catástrofe que ha
significado el terremoto, centenares de miles de compatriotas que
quedaron sin vivienda, se derrumbaron puentes, escuelas, hospitales,
caminos, puertos, etc. y la reconstrucción de todo lo destruido
demandará, según las primeras estimaciones, entre 15 mil y 30 mil
millones de dólares.

La riqueza de Chile, la de hoy e incluso de mañana es el cobre, y
del cobre podemos y debemos sacar los recursos que sean necesarios
no solo para reconstruir, sino que para construir sobre mejores
bases lo que se ha destruido y lo que haya que destruir por precaución.
El cobre permite eso y mucho más. Desde ya sabemos que producto del
alto precio del cobre de los últimos años, el país pudo ahorrar en
el extranjero hasta antes de la crisis financiera mundial, alrededor
de 25 mil millones de dólares, al menos ese es el monto que informaba
la prensa especializada.

Este ahorro nos dice que gracias al cobre y a Codelco, el país cuenta
desde ya, con los recursos necesarios para la reconstrucción.
En consecuencia, no es siquiera necesario plantearse la posibilidad de
endeudarse en el extranjero para la reconstrucción, y por ello antes
de dejar la presidencia es necesario que la Presidenta Bachelet, entregue
una cuenta pública del monto exacto de esos recursos que se obtuvieron
gracias al cobre y que se invirtieron en el extranjero, y cuanto es
el monto actual que heredará el nuevo gobierno de Sebastián Piñera.
Ante la magnitud de la reconstrucción, esta cuenta debe ser ineludible.
Pero por otro lado es necesario aclarar que dichos recursos no vienen
exactamente del cobre, sino que principalmente de Codelco, ya que las
mineras extranjeras, que producen los dos tercios del cobre chileno,
casi nada aportaron a ese fondo, y es por ello, que ante esta crucial
catástrofe, es necesario que esas mineras también aporten mediante
un nuevo tributo que puede ser por 3 o 5 años, pero que sea sustancial
y sea una ayuda importante que el cobre aporte a la reconstrucción del
país. Y ya que la base naval de Talcahuano fue destruida, y que además
se necesita tener las más moderna flota naval, el 10 % de las ventas
que Codelco paga a favor de las fuerzas Armadas, se podría extender a
todas las grandes mineras privadas por un período de 3 a 5 años.

Este tributo tiene la ventaja que no está afecto a la invariabilidad
tributaria que beneficia a estas empresas, mientras que el royalty si
lo está. Y ahí si podríamos realmente decir que nuestro cobre, nuestra
principal riqueza, está al servicio del país, porque hasta la fecha
solo Codelco lo ha estado.
Durante la segunda guerra mundial el cobre chileno contribuyó en forma
muy importante a su financiamiento, por imposición de los EEUU, guerra
en la que nuestro país no participó pero que si ayudó a financiar con
nuestro cobre, y esos aportes fueron considerables. En efecto, por
imposición del Allied Metal Board, los EEUU le impusieron a nuestro país
que vendiera su cobre a solo 11,7 centavos de dólar la libra, cuando el
valor de mercado se situaba en alrededor de 25 centavos. Se calcula que
las pérdidas que sufrió nuestro país por este bajo precio del cobre
fueron de 600 millones de dólares, cuyo valor actualizado es alrededor
de 11 mil millones de dólares. Es una suma extremadamente importante
si consideramos que en ese tiempo la población chilena no superaba los
5 millones de habitantes. Pero eso no es todo, en la guerra de Corea
en los años 50 se nos volvió a imponer un precio que significó perdidas
para nuestro país por otros 300 millones de dólares de la época, que
actualizados alcanzan a otros 4 mil millones de dólares.

Si gracias a nuestro cobre, pudimos aportar alrededor de 15 mil millones
de dólares al financiamiento de los gastos de los EEUU en estas guerras,
con mayor razón se impone ahora, que nuestro cobre contribuya de manera
fundamental a la reconstrucción de nuestro devastado país, imponiendo por
5 años a las mineras privadas el mismo tributo que hoy solo Codelco está
obligado de pagar: un 10% de sus ventas. En 5 años se lograrían recaudar
también alrededor de 15 mil millones de dólares, lo que además sería una
forma de recuperar lo que en el pasado se nos impuso para financiar guerras
que no eran nuestras, mientras que ahora, la reconstrucción de las regiones
siniestradas es también una batalla pero que es nuestra, de todos los
chilenos, y en particular de la principal riqueza de los chilenos: el cobre.
Aunque, para que todos los recursos que genera el cobre puedan quedar en
su totalidad en beneficio de nuestro país, la única solución sigue siendo
su renacionalización total.


Julián Alcayaga O.
Economista

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