lunes, 25 de agosto de 2008

 

Los precios del Cobre




Las razones del aumento del precio del cobre

En junio de 1990, al aprobarse la Ley 18.985, el gobierno les estaba diciendo a las transnacionales mineras: “Señores extranjeros, llévense todo el cobre que quieran; ni siquiera tendrán que pagar impuestos”. Gracias a dicha ley, la inversión extranjera en la minería aumentó a un grado tal, que generó una enorme sobreproducción de cobre. Los stocks mundiales del metal rojo aumentaron en forma considerable: de 0,63 millones de toneladas existentes en 1989, se pasó a 1,12 millones de toneladas en 1995, y a 1,64 millones de toneladas el año 2001. Como consecuencia lógica de esta sobreproducción, el precio del cobre bajó de 1,50 dólares la libra en 1989, a 0,87 dólares en 1993, y solamente a 0,71 dólares la libra el año 2001.

Este descalabro fue efecto directo de la política del gobierno chileno, que había hecho del país el centro de la inversión minera mundial al dejarla sin tributación. Fuimos liberados de este insigne honor por el Presidente argentino Carlos Menen, quien también aprobó leyes tributarias más “generosas” que las chilenas, gracias a lo cual Argentina nos quitó el cetro de mejor país para la inversión minera, situación que se consolidó cuando a instancias de Barrick Gold, Menen implementó el Tratado Minero con Chile. Con ello, la inversión minera se trasladó masivamente al país vecino desde la firma del Tratado Minero en 1997, hasta el año 2000, cuando el Tribunal Constitucional chileno impidió que la producción minera argentina pudiera salir por chile.

La inversión autorizada en la minería chilena entre 1993 y 1997 sumó 11.964 millones de dólares, con un promedio de 2991 millones de dólares anuales; mientras que entre 1997 y el 2000, bajo la influencia de las nuevas leyes de Menen y el Tratado Minero, la inversión fue solamente de 3.352 millones de dólares, con un promedio anual de 1.117 millones de dólares, lo que representa apenas un tercio de la inversión anterior a la firma del convenio. Sin embargo, esta caída de la inversión en Chile, no hubiese tenido un gran efecto en la baja de los stocks mundiales y en el aumento del precio del cobre, si a la vez el Tribunal Constitucional chileno no hubiese impedido que los minerales argentinos pudiesen salir por puertos chilenos.

Han pasado 8 años desde que se aprobó el Tratado Minero con Argentina, en octubre del año 2000, sin embargo ni una sola tonelada de algún mineral argentino ha podido salir por Chile, siendo que estaba programado que a partir de el año 2003, debería estar exportándose anualmente por puertos chilenos el equivalente a 300 mil toneladas de cobre argentino, es decir no menos de 1,5 millones de toneladas hasta la fecha. Es entonces ese 1,5 millones de toneladas que no pudo producir Argentina, más otros 2 millones en que disminuyó el crecimiento de la producción chilena, que explican la desaparición de los stocks y el aumento del precio del cobre de 0,71 dólar la libra el 2001, a cerca de 4 dólares en la actualidad.

Entre 1994 y el 2000, la producción chilena de cobre aumentó en 2.382.000 toneladas, duplicándose en sólo 6 años, con un crecimiento promedio de 397 mil toneladas anuales. Pero, gracias a las nuevas leyes tributarias de Menen y del objetivo del Tratado Minero de exportar por Chile la nueva producción argentina, ello impactó negativamente en la inversión y el crecimiento de la producción minera chilena. Es así como, entre los años 2000 y 2006, la producción de cobre creció solamente en 760.000 toneladas, con un promedio de 125 mil toneladas anuales; es decir, un crecimiento tres veces inferior al registrado hasta antes del año 2000. El decrecimiento fue tan importante, que incluso la producción bajó de 159 mil toneladas el 2002, y nuevamente hubo una caída de 92 mil toneladas el 2005, algo absolutamente impensable en el período anterior.

Es esta caída en el crecimiento de la producción chilena, en casi 2 millones de toneladas, y la no producción de 1.5 millones de toneladas en Argentina. lo que explica el considerable aumento del precio del cobre, y este decrecimiento se lo debemos al Presidente argentino Carlos Menen y al Tratado Minero, pero el golpe de gracia se lo debemos a los 13 senadores chilenos que presentaron un requerimiento por inconstitucionalidad de ese tratado, que lo dejó inaplicable y que impidió que el cobre argentino pudiera salir por Chile. Esa es la principal razón por la que el precio del cobre ha alcanzado los niveles actuales.

Al fracasar el año 2000 el objetivo esencial del Tratado Minero, de permitir la salida por Chile a los minerales argentinos, y a la vez, la caída en un 60 % del ritmo de crecimiento de la producción chilena de cobre, son las principales razones del importante aumento del precio del cobre. Sin embargo, las transnacionales mineras y sus partidarios, para ocultar el daño que provocó a nuestro país la sobreproducción de cobre que ellas generaron, afirman que su precio aumentó, gracias a un importante crecimiento del consumo mundial de cobre, sobretodo por parte de China.
Ese aumento del consumo no es efectivo, ya que después del año 2000, este crecimiento es apenas la mitad del registrado en la década anterior.

El aumento del consumo mundial de cobre refinado, entre 1994 y el año 2000 fue de 3,44 millones de toneladas, mientras que desde el año 2000 al 2006, el consumo mundial aumentó solo en 1,87 millones de toneladas, que es apenas la mitad del crecimiento del consumo registrado anteriormente. No existe entonces un crecimiento importante del consumo mundial de cobre, como han dicho algunos “expertos” de las transnacionales, en relación al período anterior, puesto que existe una caída importante de su ritmo de crecimiento.

Lo que si es cierto, es el innegable el aumento del consumo por parte de China, que desde el año 2000 al 2006, aumentó en cerca 2 millones de toneladas su consumo de cobre refinado, pero a la vez, en este mismo lapso de tiempo, se produjo una caída del consumo de cobre de parte de los EEUU en cerca de un millón de toneladas, de 300 mil en el Reino Unido, más de 200 mil en Francia, disminuyó el consumo incluso en países productores como Canadá y Australia, y otros grandes consumidores como Japón, Corea o Alemania, solo han logrado mantenerlo. Es decir, el gran crecimiento del consumo de cobre por parte de China, es contrarestado por la disminución o estancamiento del consumo en los grandes países desarrollados, y ambas cosas se explican, en razón que una gran cantidad de fábricas se han cerrado en EEUU y Europa, e incluso en Japón, para instalarse en China, provocando un desplazamiento de la demanda de cobre y de otras materias primas desde los países industrializados, hacia China, pero este desplazamiento, no significa que el consumo mundial sea superior al que existía antes y que pueda justificar el importante aumento del precio del cobre.

Sin embargo, el moderado crecimiento del consumo mundial de cobre de los últimos años, de todas maneras se debe principalmente a China, porque su población también quiere tener computadores, televisores, refrigeradores, y otros electrodomésticos, que contienen múltiples piezas en cobre, que funcionan con electricidad, la que también llega por cables de cobre. Es ese ingreso del pueblo chino a los estándares modernos del desarrollo, que ha permitido que el precio del cobre no baje y se mantenga sobre los 3 dólares la libra, pero el aumento del precio del cobre desde 0,70 dólares la libra en el año 2000, para sobrepasar el dólar y posteriormente de dos dólares la libra, sólo son explicables por la importante caída del ritmo de crecimiento de la producción chilena de cobre, que aportaba alrededor del 60 % del cobre de mina que se comercializaba en el mundo. El fracaso del Tratado Minero en su objetivo de sacar por puertos chilenos la producción minera argentina, fue el golpe de gracia que permitió el importante aumento del precio del cobre. El fracaso de este Tratado Minero, no termina de sorprendernos, porque al parecer ni siquiera servirá para que se explote en ambos países el yacimiento Pascua y Lama.


...Aporte de Julian Alcayaga,Economista(Resumen).

lunes, 18 de agosto de 2008

 

2008 Chile sigue perdiendo...las transnacionales ganando



Se acrecientan las perdidas económicas para el país.


Abrumadoras, por decir lo menos, se han transformado las reiteradas alzas que sufren los precios de los productos de consumo básico al que los ciudadanos están obligados a asumir. La seguidilla de alzas que experimentan los alimentos, agua, energía electrica, gas, bencina, petroleo, arriendos, etc. No son sino síntoma de una economía débil frente a los avatares que desata la economía internacional y, al contrario de lo que señalaban hace un tiempo atrás los sectores productivos privados, que con bombos y platillos celebraban el hecho de que nuestro país alcanzara el quinto lugar en el ranking de la competitividad(hoy abajo del 100);Esta crisis denota la ineficiencia de entregar la economía a los actores privados y lo nefasto de un estado subsidiario al servicio de estos sectores que, mientras dura la bonanza profitan de las ganancias, olvidándose de los trabajadores, que son los que contribuyen a la creación de la riqueza que la mezquina empresa privada no comparte. Esta crisis desatada por las alzas del petroleo, sequias, recesion inmobiliaria en EEUU u estancamientos del crecimiento interno, según afirman los protagonistas políticos y económicos que representan a los grandes intereses financieros y de otro orden, no son sino, excusas de primera mano que se entregan al ciudadano común para echarle la culpa de nuestros pesares a cualquiera, menos a los verdaderos responsables. Estos factores, por separado o en conjunto, son importantes (algunos mas que otros), pero no determinantes a la hora de subir o disminuir su impacto en la carestía de vida de la población, sobre todo aquel impacto en los bienes básicos, a los que se supone toda persona debiera tener derecho y que todo estado o gobierno, preocupado y previsor, debiera asegurar a sus ciudadanos.
Los países integrantes de la OPEC,controlan el precio del crudo por la sencilla razón de que ellos son”dueños”de su petróleo y como tienen a “su haber” las mayores reservas del mundo, pueden jactanciosamente,a veces, controlar la producción del vital elemento y por ende su precio en el mercado internacional. Por eso, cada vez que los jeques del oro negro quieren aumentar sus ganancias, somos los consumidores sencillos del resto del mundo quienes pagamos “el costo”, ya que los grandes distribuidores del crudo y refinadores del mismo en Chile y otras latitudes, acuden rápidamente al gobierno de turno para conseguir subsidios, franquicias, prestamos blandos y avales con el fin de rebajar la carga para ellos y así “mantener sus ganancias y, traspasar”,via precio al ciudadano común el costo de tal o cual producto. En Chile son incontables las garantías que el gobierno entrega a la gran empresa privada sobre este ítem, de hecho, desde la vuelta a la democracia, los gobiernos de la concertación no han hecho sino, fortalecer a la empresa privada y disminuir con creces las atribuciones del estado.
El ejemplo grafico de esto en nuestro país, lo constituye el cobre. Chile tiene en su territorio la mayor reserva del metal rojo de todo el mundo, sin embargo, no es nuestro país ni el estado quien explota o controla la producción del cobre, mucho menos su precio(muchos habrán oído alguna vez sobre la bolsa de metales de Londres). En Chile el cobre es explotado por grandes empresas extranjeras y por lógica, las ganancias que se obtienen por la venta del metal, son de estas empresas, o sea, los dineros recaudados por las ganancias del cobre no quedan en Chile, sino que se van fuera del país.
Si el cobre fuera propiedad exclusiva de Chile, nuestro país, al igual que los países de la OPEC dueños del petróleo, podría controlar la producción de cobre hacia el resto del mundo y por ende su precio. Chile podría perfectamente aumentar las arcas fiscales en beneficio de sus habitantes a través de programas de todo tipo (educación gratuita, salud gratuita, vivienda a bajo costo, infraestructura vial sin peajes, etc, etc, etc) con las ganancias del cobre, que este año están por encima de las del año pasado.
Los gobiernos de la concertación terminaron por entregar nuestros principales recursos naturales a las grandes empresas extranjeras y por esa razón, Chile es desvalido frente a los avatares de la economía internacional, los principales recursos no son nuestros y sus frutos no están al servicio de la población habitante del país, por lo que no es de extrañar que los graves problemas de vivienda, infraestructura, educación, salud y productos básicos sigan sin solucionar y, todo lo contrario, aumenten.
Si el cobre fuera nuestro, nuestra economía seria sólida y podríamos afrontar estas crisis de mejor forma. Si el cobre fuera nuestro, el acceso a los bienes básicos seria más cercano al derecho, que al privilegio…el cobre hoy, es un privilegio del que solo gozan algunos y esos, ni siquiera son chilenos.

Luis Arànguiz.


...extraido de El Rebelde.

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